“En cuanto me recupere, iré a Barcelona a que me miren los ojos. He sido, y soy, una gran observadora: me interesa verlo todo, mirarlo todo, tanto si es una persona como una pared.” Así repuso Caterina Albert, «Víctor Català», a los 94 años, cuando un periodista le preguntó por su salud. Como otros grandes escritores, se dedicó primero a la pintura, y sus palabras parecen haber sido forjadas en las fraguas de sus ojos.
La púa de rastrillo reúne once cuentos que recorren su obra y termina con el monólogo dramático La infanticida, su carta de presentación al público, vetado por el mismo jurado que lo había premiado al descubrirse que había sido escrito por una mujer. Este primer contacto la llevó a asumir el pseudónimo de Víctor Català para explorar la sombra con absoluta libertad y construir los destinos humanos, especialmente los femeninos, sobre el hilo de la violencia.
Así se expresa Nicole d’Amonville Alegría en su epílogo: «“Si leo un libro y se me enfría tanto el cuerpo que ningún fuego puede calentarme, sé que eso es poesía. Si tengo la sensación física de que se me vuela la tapa de los sesos, sé que eso es poesía”, dijo en una ocasión Emily Dickinson a su preceptor. No conozco mejor definición para la obra de Caterina Albert i Paradís. Toda ella, no solo la estrictamente poética, sino también la narrativa y la teatral, posee el vigor, el poder y la gloria de la poesía.» Solo una traductora capaz de asumir un alto riesgo podía haber trasladado al castellano los versos y la prosa de Caterina Albert.
Sobre el libro
“Destaca el gusto de la autora por las figuras que están fuera de la ley, o por lo menos de la circulación convencional de los afectos y del progreso corriente. La protagonista de La infanticida sería un buen ejemplo, pero también el mendigo que protagoniza Lenin o el amor lésbico, apenas disimulado, de Carestolendas.” Gonzalo Torné en Crónica Global — Los cuentos criminales de Víctor Català
“Víctor Català escribe sobre la tensión entre pureza, muerte y deseo, que en la moral de sus narraciones se resuelve en un arco que va de la extrañez a la tragedia pasando por la maldad.” Jordi Amat en El País Babelia — El lado más salvaje de la vida”
“En sus cuentos, pasea los ojos por los rincones más oscuros y se sirve de todos los diamantes de la lengua para contar las mil y una formas que toma la violencia en la sociedad que conoce.” — Reseña en De lector a lector.
“Once relatos reúne esta preciosa antología de una de las voces literarias más grandes del siglo pasado y de las letras catalanas. Relatos donde se fusionan la belleza y el dolor, el amor y la tragedia o la bondad y la maldad, y todo ello en un ambiente rural y bucólico.” — Reseña en Anika entre libros
“Català no busca el pintoresquismo del campo: su pluma hiende la violencia -sobre todo, la que padece la mujer- que muchas veces anida en la aparente tranquilidad de la vida en las pequeñas aldeas y los pueblos.” — Reseña en La Voz de Galicia
“El oído para el habla popular y su vasta cultura e intereses dieron una obra suelta, a veces desaliñada, pero auténtica y libre de las estrecheces del éxito y de las influencias de ismos, camarillas y modas.” — Reseña en Revista de Libros
Víctor Vela en El Norte de Castilla — Víctor Catalá: una máscara para escribir en libertad
Entrevistas a la traductora
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